Mujeres en la pobrezaLa pobreza tiene múltiples dimensiones y se deben considerar las dimensiones básicas para una adecuada intervención de las políticas públicas, como son las políticas sectoriales y territoriales familiares. Además, la pobreza desde un enfoque de género plantea que las mujeres son más pobres por razones de discriminación de género.

La discriminación de género cruza las dimensiones de pobreza

Si la pobreza es definida como la falta de acceso o menor oportunidad a acceder a los servicios o productos básicos que el Estado debe proporcionar a su población, tales como la salud, la educación, el empleo, modos de recreación, redes sociales y familiares, entonces la pobreza es marginal y el individuo al no tener o al tener poco acceso a todo este tipo de servicios es más o menos pobre.

Al realizar una interiorización de la redistribución de este tipo de servicios en el hogar y en la familia, la distribución de este poco acceso (de ingresos, de empleo, de salud, de recreación y de educación) es todavía más desproporcional hacia la mujer, porque ella se encuentra sujeta al rol reproductor a cargo de las responsabilidades y distribución de los medios para satisfacer las necesidades del hogar y del cuidado de los hijos.

La pobreza y sus limitaciones

Un ejemplo claro puede observarse en la composición y funciones en una familia nuclear, si el jefe de familia es el hombre, y es el encargado del sustento económico del hogar. Si el ingreso del jefe de familia no cuenta con un ingreso estable y considerado fuera de las medidas de la pobreza, entonces el ingreso de este no será suficiente para cubrir las necesidades básicas de su familia.

La pobreza es posible medirla por la falta de acceso a bienes y servicios o un acceso muy cerrado o con muchas carencias e irregular, por ende quienes dependen del responsable del ingreso económico tienen menor o nulo acceso a esa pobre distribución que el jefe de familia ya tiene.

La pobreza y la autonomía

La pobreza se puede medir también por medio del uso de tiempo, esto es, midiendo el acceso que los individuos gozan de tiempo libre para que sea posible desarrollar y ejercer su autonomía.

Diferentes actividades pueden medir el desarrollo de la autonomía, incluso mediante empleo, actividades recreativas, redes de agrupación social o familiar. Los individuos que viven en pobreza por lo general no tienen acceso a ese uso de tiempo libre, dadas las extenuantes y largas jornadas de trabajo que realizan y su atención se concentra en tratar de resolver los obstáculos para poder satisfacer las necesidades diarias de alimentación, acceso a agua potable, cuidados de salud, transporte y traslados, mejor vivienda, educación, etc.

La pobreza ¿por qué afecta más a las mujeres que a los hombres?

Tomando en cuenta nuevamente el papel reproductor de la mujer en una familia pobre, ella se encuentra sujeta en una posición con menos oportunidad que su compañero y el jefe de familia, de tener acceso a oportunidades de empleo por su vínculo y lazo con sus responsabilidades al interior del hogar.

Cuando cuenta con el acceso al empleo, por lo regular se trata de empleos irregulares y poco formales que no ofrecen las contraprestaciones marcadas por ley, lo que no representa que la mujer tendrá acceso a servicios de seguridad social, guarderías, ausencia pagada por maternidad, pensión, vales de despensa o transporte.

Al contrario, el empleo informal le representará poco ingreso, que sigue siendo insuficiente para atender y cubrir las necesidades básicas de la familia, sin embargo, si representa realizar trabajos de doble jornada y seguir siendo la principal responsable de proveer los bienes y servicios básicos a la familia con menos tiempo disponible para ello.

La pobreza y la discriminación de tiempo hacia las mujeres

Esto se traduce en que el uso de tiempo invertido por las mujeres pobres es mayormente utilizado en el trabajo productivo y el reproductivo, lo que hace nulo el uso de tiempo libre necesario para desarrollar su autonomía, y además, no tiene conciencia de ello, por lo que no lo cuestiona y mucho menos buscará las alternativas disponibles para alterar esta relación de uso de tiempo y doble jornada laboral.

La mujer rebasa las múltiples dimensiones de la pobreza básica por el hecho de seguir siendo mediante las construcciones sociales y culturales la designada como reproductora social.

MoLo